Brianda... Diario poético

Dulce amigo, Acércate, Toma mi mano, tócame, Ser de luz incomparable, con carisma inigualable, acelera mi respiración deja palpitando mi corazón. Dulce amigo, Acércate, Invítame, Quédate cerca de mi, Abrazame, Y Bésame. No me dejes, Tierno pecado. No me dejes, Dulce pecador. Olvida todo, Déjalo a un lado... Olvida todo, Acércate a la pasión... Abrázame

Metamorfosis de una rosa Una tarde de primavera, La historia comenzó, En un jardín, flores enteras, Se regocijaron con lo que sucedió. De un capullo fragante, Una flor de liz salió, Pequeña y frágil, Con las demás flores, Se reunió. Hoy en una noche serena, Quizá sea extraño lo que contaré, Pero sólo sé, Que la historia de esta flor, Les encantará. Muchas rosas tienen belleza, Y su aroma sin igual, Pero pocas rosas tienen esencia, Y hermosura que no tiene final. Esta rosa no es cualquiera, Esta rosa antes fue una flor de liz, Una flor que quiere ser la más bella, De este gran jardín. Esta rosa da las gracias, A del mundo el creador. Por permitirle la hermosa vida, Y la hermosura que le dio Esta rosa da las gracias a los capullos de flor, Que la criaron desde pequeña, Con rocíos del amor. Esta rosa da las gracias, También a este nocturno jardín, Da las gracias por su presencia, Y por su apreciación sin fin. Gracias.

Miro hacia la ventana aquella que suele dar al jardín, las gotas de lluvia caen lentamente, y comienzo a idear palabras de esas que caen derrepente de tu mente. Crear sueños es mi profesión, crear ideas como ninguno, amar hasta que se me salga el corazón, y esperar el sol en el momento oportuno. Despertar y mirar al cielo sin nubes desear que sean tus ojos los que me alumbren ese es mi sueño de ojos abiertos más que sueño una costumbre. Despertar y mirar que todo fue un sueño sueño y fantasia sueño sin alas sueño sin dueños Brianda

Despertar, y mirar cada vez más la ausencia de ese ser que sólo con su presencia me hace ser completa, ver que no hay nadie en casa, que estoy sola y sólamente yo soy testigo de lo que pasa. Despertar, casi medio dormida en tu almohada, respirar hondo su aroma a mañana, darte la vuelta a abrazarlo y mirar, que no está nadie. No hay nada. Es una rutina constante de llegar, poner tu mejor cara y disimular que no ha sucedido nada, la vida de una actriz, que a ningun Oscar fue nominada. Ver las nubes, tomar un helado, todo a solas, llegar a casa sonreir de la manera más rara y en la noche, no dormir hasta largas horas. La soledad antes me asustaba. Y ahora que la tengo en casa, me doy cuenta que con amar demasiado a alguien indiferente no se gana nada. Lo único que me mantiene firme y con ganas de un nuevo día es que se que algun día encontraré a ese hombre que merezca, mi presencia, mi tiempo y mi alma... Brianda