Mil mentiras te podría inventar, ¿pero dónde quedaría la verdad? Ni tu me enseñaste a mentir, ni yo te enseñé a engañar. Mil mañanas te podría negar, ¿pero dónde quedaría la bondad? Ni tu me enseñaste a ser egoista, ni yo te enseñé a no dar. ¿Qué importa más? nuestros días como amigos, como pareja, como algo más. Si hoy tu más amargo odio me regalas, ¿porque yo te he de odiar? Ya no importa si me destruyo, ya no me importa más, porque tu te has ido, y no sé si volverás.
Cuando la inspiración me ataca, me encontraré escribiendo en éste mi diario de historias alternas