Brianda... Diario poético

Caminé desde el primero de mis días sóla, y hoy puedo seguir el camino sin ti, Tú que díces: ¿Te quedas conmigo o sin mí? No sé que hago contigo y menos qué hago sin ti... Estoy caminando entre un sendero de espinas espinas puntiagudas de verdad, que matan, lastiman, y hacen sufrir... Te amo y te amé, pero no te comprendo. A veces es difícil compartir ambos un poco de tiempo... Tú díme que haces Que si estoy contigo sufriré de algún modo Y si estoy sin ti me muero... ¿Qué voy a hacer contigo, pero qué haré sin ti?... Díme tú, qué camino seguir

No voy a hartarte con mi poesía, y si te aburre, es culpa mía. Quiero expresarte, lo que por ti siento, pues esta emoción, me quema dentro. No voy a ahogarte entre palabras, solo quiero que ésta carta abras. En ella explico mi tormento, de verte siempre, y no decirte lo que siento. Te quiero, te quiero tanto, ese es mi más profundo sentimiento, te quiero, te quiero tanto, y decirlo ahora es el mejor momento.

Cansada estás de llorar, pequeña niña mía, cansada de soportar, que te aislen todavía. Un alma blanca y buena, madurez precoz, una intérprete que lo deja todo, por encontrar su propia voz. Vuelas con alas atadas, por el cielo obnubilado, olvidas que tienes fuerza, y que no estás tan sola, Dios está a tú lado. Compensadas tus lágrimas serán, tanto de pasado y presente, y tu arte al mundo encantará, y tu ser conmoverá a la gente. No llores más pequeña niña, si ahora estás creciendo de una manera acelerada, es mejor que sea así, a que de la vida no comprendas nada. El amor y el arte serán tuyos, los usarás porque ya los llevas contigo, ellos serán tu estandarte, y en el frío serán tu abrigo. Quieres volar y desaparecer, en esta noche sinuosa, no te has dado cuenta que el mundo te necesita, y que por tu arte bellas son las cosas. Envuélvete en un ser fuerte, como tu lo eres, y saca tu ser divino, solo si es que tu así quieres. No llores más, todo estará bien, saludo al pequeño adulto, a la

Aunque con otra vayas del brazo, no te olvidaré, porque jamás te negué ni un abrazo, no lo olvidaré. Aunque me hayas olvidado de tu agenda, no te borraré, quedarás escrito en mi pasado, te recordaré.

Dame una razón para olvidarte, para dejar a un lado todo, y volar, aunque mi corazón solo quiera amarte, dame una razón para olvidar. Dame una razón para sentir, el rencor que debería, aunque sé que no podría, preferiría sufrir. Dame una razón para dejarte, para hacer que no exististe,olvidar que me quisiste, y hacerme sorda para nunca escucharte. Olvidadiza... Insensible... Ingrata... Irresponsable... Dame una razón para serlo, y te agradeceré lo inimaginable

Ojalá me volviera polvo, para volar, para irme lejos, y olvidar. Ojalá olvidara pronto, para descansar, para amar con libertad a otro, para dejarte de amar. Ojalá te volvieras de piedra, para no sentir, todo el amor y el dolor, que provocaste en mí. Ojalá que el viento se lleve tu esencia, para sobrevivir, para no respirarla, para no pensar en tí. Ojalá que te olvide pronto, ojalá...

Cariño mío, ¿dónde estarás?, y me pregunto, ¿a quién amarás? Cariño mío, salvaje, infiel, amado mío, sabor a miel. Cariño mío, de dulce voz, quisiera verte, y estar con vos.

Cuando la luna llena sobre el mar, resplandecía con brillo sin par, un ángel de divino rostro, escuchó mi voz. Yo estaba tan sola, tan triste y lloraba, no sabía que hacer en el momento, ya no me importaba. Mi ángel de divino rostro, suavemente me abrazó, me dijo que no llorara, y conmigo se quedó. Admirando su encanto, y escuchando su voz, dormida entre sus brazos, me encontré mejor. Su esencia era tan suave, era paz y protección, amor y abogacía, para un buen corazón. Aquel ángel perfecto, con una magnífica voz, a verlo no he vuelto, y no sé si lo veré hoy. Sus alas no despegaron, pues no eran de plumas, eran alas de cristal, y tán frágiles como del mar la espuma.

Negándome a ver el sol, por la vida voy, sólo a través de tus ojos, veo lo que soy. Oscuros como la noche, Profundos como el mar, hermosos como un derroche, de pasión al amar. Cristales de fuego, tus ojos son, cristales de agua, de oscuro color.

Aunque tu ya no me quieras, aunque tú de mi te olvides, aunque me queden los recuerdos, sobreviviré... Caminaré con paso lento, como quien camina con una daga en el corazón, caminaré tomando el viento, y aguantaré la respiración. Cuando escuche nuestra canción, y recuerde de tus versos una oración, y aunque me esté pinchando con una daga el corazón, sobreviviré... Porque estoy dispuesta a soportarlo, sobreviviré...

De alguna manera, tengo que verte aunque sea a escondidas, de alguna manera, tengo que amarte y dar por ti la vida. Es màs fàcil para mì quererte, es màs fàcil para mi perderte, y aunque me duela tanto que no me ames, no me queda màs que en silencio adorarte. De alguna manera, tengo que hablarte, no me es suficiente con verte, y a escondidas admirarte. Es más fácil para mí amarte, con tan solo conocerte, quererte tal como eres, con defectos, virtudes y todo lo que tienes.

Ahogando mis heridas, por no saber llorar, me muero intranquila, por saber que tù te vas. Mi corazòn se agita, y ya no puede màs, mis ilusiones se agrietan, porque ya no volveràs. Mi alma està sangrando, mi corazòn agonizando, tu amor me ha abandonado, y me duele como nadie lo ha pensado. Ahogando mis heridas, por no saber callar, muriendo dìa a dìa, por que no estaràs jamàs.

Quizá te han contado, que no me he olvidado de ti, que derrepente no he borrado, los recuerdos de ti, Quizá no es posible, olvidarte tan derrepente, porque mientras vivamos, hablará la gente, Quizá lo has notado, pera ya no te llamo, nisiquiera te busco, aunque te amo, y esque es difícil vivir, atormentado, Quizá has olvidado, cuanto más te he amado, mis sonrisas contigo, y mi llanto derramado, Quizá es un quizá. y no puedo probarlo

Lo vi solo, caminando triste, por un concurrido lugar, Sus ojos me atrajeron, mientras me pedia me fuera, Lo tomé de las manos, lo llevé conmigo, le pregunté si tenía frio, le ofrecí mi abrigo, le di mi tiempo, fuimos más que amigos, Lo vestí de blanco, le cosí unas alas, y se hechó a volar, Ángel mío, ingrato amor, te adoré tanto, y me pagaste con dolor, Sólo quiero que vuelvas, aunque sé que no. Eras un sol que alumbraba, y que me daba calor, eran tus ojos ventanas, hacia tu mundo, mi amor. Ahora te has ido, sin saber que has sido, mi más secreto amor

Mil mentiras te podría inventar, ¿pero dónde quedaría la verdad? Ni tu me enseñaste a mentir, ni yo te enseñé a engañar. Mil mañanas te podría negar, ¿pero dónde quedaría la bondad? Ni tu me enseñaste a ser egoista, ni yo te enseñé a no dar. ¿Qué importa más? nuestros días como amigos, como pareja, como algo más. Si hoy tu más amargo odio me regalas, ¿porque yo te he de odiar? Ya no importa si me destruyo, ya no me importa más, porque tu te has ido, y no sé si volverás.