Ir al contenido principal

9 meses


No se si te he llorado lo suficiente.
La vida no ha sido justa en este juego, me ha robado las ganas de seguir adelante, me dejo sin mi guía espiritual y a la persona a quien acudía cuando estaba cansada, harta o con mucho miedo.

No se si solo he llorado lo necesario.
Para romperte el corazón la muerte no tiene fechas específicas ni horarios, simplemente viene, cumple con su trabajo y te roba el aliento, así es ella.

Sin embargo eres la única persona a la que quiero llamar, ese mensaje que me muero por recibir y contestar, la única visita que quiero recibir.

He intentado ser fuerte, pero volver a casa no me ha vuelto fuerte ni independiente, me he sentido muy cansada, muy harta.

Me he sentido muy identificada por personas que han perdido a sus padres y que han sufrido lo que yo, el no verles o hablarles en su lecho de muerte aunque sea para que supieran lo mucho que les amamos.

Que han sufrido el hecho de que los demás les mientan de la gravedad de los casos y les oculten la información para no hacerles sufrir.

 

Aunque me fui de casa, jamás me olvide de ti. Ni un solo día deje de mencionarte, ni un solo día deje de escribirte, llamarte y hacerte parte de mi.

Aunque fuera por tristeza te llamaba
Aunque fuera por alegría te llamaba.
El sonido de tu voz me consolaba.

De pequeña quizá nunca note lo mucho que me amabas. Me arrepiento si quiera de dudar de todo el amor que me prodigabas. Ahora veo en mis recuerdos que siempre me mirabas y que siempre ahí estabas.
Mi corazón no puede estar más agradecido de lo mucho que me amabas.

¿Tu supiste cuanto te amo?
¿Tu sabes cuanto te extraño?
¿Tu sabes que la razón de mi desvelo es la misma de los tuyos?
Ahora me acompañas donde estoy, me cuidas y velas porque llegue con bien a donde voy.

Pero se me detuvo el tiempo.
Perdí el camino y las pisadas hacia mis proyectos las borró el viento.
Ya no tengo ganas de luchar porque yo quería luchar para que te sintieras orgullosa de mi.

Para que notaras que soy capaz, inteligente, independiente y perspicaz.

Pero ya no puedo hacer nada de eso.
Es como si estos 28 años y estos últimos 4 años no hubieran válido absolutamente nada, pues volví a tener 20, a tener 13. Donde yo no importo, no tengo voz, no tengo voto. 

Donde me cuentan la "verdad" a cuenta gotas para no lastimarme.
¡Por Dios! Yo no necesito contar mi vida para que sepan que he librado mis batallas sola y sin recurrir a la ayuda de nadie. Solo tú lo sabes.

Te amo tanto y te extraño tanto.

Me queda muy presente el escucharte a media noche, pedirme que fuera a acompañarte, a cenar o a darte un masaje.

Cuando estabas malita me encantaba cuidarte, pintarte las uñas, hacerte masajes.

Cuando yo estaba deprimida me llevabas al cine, nos íbamos a comer un subway o comprabas pizza.

Me gustaba oírte hablar sobre las historias y pasajes de la biblia. Era muy hermoso y emocionante.

Nunca eché en saco roto las palabras o consejos que me regalaste.

Te amo tanto y te extraño tanto.

Solo deseo que pronto Dios pueda aceptarme de nuevo por su camino, aun tengo mis alas muy manchadas, aun sigo dudando de mi utilidad y de mi destino.

Yo quiero volver a ese camino para volverte a ver y volver a estar contigo.

Voy a recuperar poco a poco mis proyectos, y espero que donde estés, te sientas orgullosa de esta tu hija, que te ama y te extraña tanto y que no habrá día que no te tenga en su mente y en sus labios, en sus oraciones y en sus temores.

Te amo tanto mamita, te extraño tanto

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pienso en ti

Era muy de mañana cuando tenia que levantarme para hacer una de las cosas que te hubiera encantado hacer. Aunque tal vez no conmigo. Mientras terminaba de conversar con el tiempo, esperaba que tu recuerdo me trajera tu imagen y no fue así. Parece ser que mientras mas pasa el tiempo menos me olvido de ti. He aprendido a sobrevivir y a ser feliz pero ¿Por qué necesito de tu miserable presencia para sentir que aun estas ahi? Yo era feliz con el simple hecho de estar contigo, tanto que si solo me pidieras que fuera tu amigo lo habría sido, sin resistencia y sin objeción. Pero ¿Por qué tuviste que jugar con mi corazón? Tu vives y vivirás en el pasado. Donde nadie puede ser lastimado y como las personas terminan siendo buenas porque los demás lo han recordado. No deseo nada malo para ti. Estás viva y eso debe hacerme feliz. Solo que el simple hecho de recordar lo que vivimos y que alguna vez estuve junto a ti y notar que somos extraños me hace s...

Punto sin retorno

Él le sonrió al saludarla. Y con ese saludo sellarían promesas que jamás les cumpleron en sus vidas pasadas. -Hola, se me hizo un poco tarde- Llegó con ese cierto carisma lleno de autenticidad y de vacío, su melena de ondas salvajes y alborotadas. Saludó de beso a todos los que se sentaban en el banquillo de en frente del local. -No importa nisiquiera hemos hecho mucho - Le contestó su amiga, que llevaba horas esperando que terminara su servicio social para no sentirse incomoda entre tantos chicos con intereses comunes que aun no entendía. Lo saludó a el pero era poco probable que descifraran la esencia de la atmósfera perfecta para crear un vínculo que pocas veces se crea. Era fácil de recordar como iban ellos dos, con quiénes platicaban, de qué conversaban; mas no era fácil describir el exacto momento en el que ella y él comenzaron a tenerse la confianza que habían perdido en guerras anteriores. Era difícil acordarse cual fue la oración exacta que los hizo quedarse el uno c...

Promesas dispersas

Después de años de guardar rencores de viejas heridas, de cargar con sacos de experiencias vencidas, he decidido sacudir sus huesos y dejar que el polvo se esparza por donde se quiera ir. ¿De qué me sirve lamentar mi pasado? Si al final, lo peor ya pasó Ya me lastimaron, ya pasaron encima de mi, ya cumplieron en otras personas lo que tanto me prometían a mi. Todo cambio en uno de esos tantos domingos. Donde estuve a punto de deshacerme del último grado de sentido común que quedaba en mi, ahí le conocí. Casi 1 metro 78 de altura y pelo rizado, con una sonrisa vacía y algo de nerviosismo en sus manos. Vestía de negro, y tenía a alguien de mis conocidos a su lado. En ese momento no fue importante nuestro encuentro. Apagué mi cigarro y entré al lugar. Yo ese día, habría dejado de fumar para siempre... La combinación del refresco de cereza, bombones y semanas llorando en mi cuarto me habían dejado sin ganas de contemplar el deseo... Y entre tantos colores, tantos dis...