Hay días en los que simplemente no te quieres ni levantar, pues ves a diario el mismo rostro en el espejo, el mismo que has visto siempre, los mismos rizos mal hechos de ayer que siguen iguales, y asi seguirán; el mismo cuerpo que odias, con sus no se cuantos kilos de más y su carente simetría y forma, lo ves a diario, pero se acentúa en esos días.
Sabes que tienes 18 años y que no has logrado lo que siempre dijiste que ibas a lograr. No eres como los demás; Te apresuraste a crecer, a "madurar", y tus constantes batallas existenciales de tres personalidades en una, son el precio que debes pagar.
No estás cómoda ni con los tuyos, pues no sabes "como te debes comportar"; no eres niña, no eres adolescente, no eres adulta, eres un híbrido extraño de los tres.
Con los niños y la gente que te quiere y te necesita eres dulce, con los adolescentes te sientes incómoda y con los adultos un tanto inquisitiva y cuestionante.
En fiestas, tan callada, como si por tu silencio te pudieran pagar, y si hablas te irá muy mal.
¡Qué lindo es ser una señorita de sociedad!
No es ninguna burla, pero cuando lo eres, es un arma de doble filo y te tienes que acostumbrar.
No puedes ser un poco alocada porque te considerarán atrevida,
no puedes tener una mente muy abierta porque te pensarán pervertida,
te tildarán de loca si es que eres divertida.
No das gusto ni a Dios ni al Diablo.
¡Pero que bonita eres Brianda!... ¡Qué bonita cuando callas!, cuando no expresas lo que te molesta, cuando simplemente callas.
Sabes que tienes 18 años y que no has logrado lo que siempre dijiste que ibas a lograr. No eres como los demás; Te apresuraste a crecer, a "madurar", y tus constantes batallas existenciales de tres personalidades en una, son el precio que debes pagar.
No estás cómoda ni con los tuyos, pues no sabes "como te debes comportar"; no eres niña, no eres adolescente, no eres adulta, eres un híbrido extraño de los tres.
Con los niños y la gente que te quiere y te necesita eres dulce, con los adolescentes te sientes incómoda y con los adultos un tanto inquisitiva y cuestionante.
En fiestas, tan callada, como si por tu silencio te pudieran pagar, y si hablas te irá muy mal.
¡Qué lindo es ser una señorita de sociedad!
No es ninguna burla, pero cuando lo eres, es un arma de doble filo y te tienes que acostumbrar.
No puedes ser un poco alocada porque te considerarán atrevida,
no puedes tener una mente muy abierta porque te pensarán pervertida,
te tildarán de loca si es que eres divertida.
No das gusto ni a Dios ni al Diablo.
¡Pero que bonita eres Brianda!... ¡Qué bonita cuando callas!, cuando no expresas lo que te molesta, cuando simplemente callas.
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