Ir al contenido principal

La última hojeada al libro

El último trago de vino,
el último cigarrillo,
la última hojeada al libro,
y la mirada que gira al cielo,
y después... Después me voy.

Toco finamente tres arpegios en mi guitarra,
canto una dulce letra al mismo son.
Una tonada que duele y cuela dentro de mi corazón.

La noche es cálida
y a penas darán las diez,
y mi corazón que dicta todas las palabras que esta noche escribiré.

El revólver en mi mesita de noche
al lado del ordenador,
me inspira a jugar con él
un juego del cual no ganaré
y del cual nadie será perdedor.

¡Vaya cosas!
¡Vaya ganas de desaparecer!

Ya es tarde
y no haré nada si el revolver no dejo de acariciar.

Mis ojos arden
las lágrimas saben a sal.
Y nadie llama
y quisiera que pudieran llamar.

quiero que el valor y la misma cobardía
corran como sangre por mis venas
para poder ese gatillo jalar.

Pero... ¿De que huyo?
¿Por qué me escondo?
¿A qué escapo?

Definiré eso tal vez en alguna otra ocasión

Comentarios

Pero... ¿De que huyo?
¿Por qué me escondo?
¿A qué escapo?

Brianda;a veces la inspiración para escribir suele llegar de mo mentos como el que describes en tu poema.
Supongamoslo cierto; son solo instantes, que finalmente pasan, y aunque vuelven, con seguridad debemos tener otra estrategia para escapar de ello.

Me da gusto saber que sigues escribiendo.
Que sea para bien.

Entradas más populares de este blog

Pienso en ti

Era muy de mañana cuando tenia que levantarme para hacer una de las cosas que te hubiera encantado hacer. Aunque tal vez no conmigo. Mientras terminaba de conversar con el tiempo, esperaba que tu recuerdo me trajera tu imagen y no fue así. Parece ser que mientras mas pasa el tiempo menos me olvido de ti. He aprendido a sobrevivir y a ser feliz pero ¿Por qué necesito de tu miserable presencia para sentir que aun estas ahi? Yo era feliz con el simple hecho de estar contigo, tanto que si solo me pidieras que fuera tu amigo lo habría sido, sin resistencia y sin objeción. Pero ¿Por qué tuviste que jugar con mi corazón? Tu vives y vivirás en el pasado. Donde nadie puede ser lastimado y como las personas terminan siendo buenas porque los demás lo han recordado. No deseo nada malo para ti. Estás viva y eso debe hacerme feliz. Solo que el simple hecho de recordar lo que vivimos y que alguna vez estuve junto a ti y notar que somos extraños me hace s...

Promesas dispersas

Después de años de guardar rencores de viejas heridas, de cargar con sacos de experiencias vencidas, he decidido sacudir sus huesos y dejar que el polvo se esparza por donde se quiera ir. ¿De qué me sirve lamentar mi pasado? Si al final, lo peor ya pasó Ya me lastimaron, ya pasaron encima de mi, ya cumplieron en otras personas lo que tanto me prometían a mi. Todo cambio en uno de esos tantos domingos. Donde estuve a punto de deshacerme del último grado de sentido común que quedaba en mi, ahí le conocí. Casi 1 metro 78 de altura y pelo rizado, con una sonrisa vacía y algo de nerviosismo en sus manos. Vestía de negro, y tenía a alguien de mis conocidos a su lado. En ese momento no fue importante nuestro encuentro. Apagué mi cigarro y entré al lugar. Yo ese día, habría dejado de fumar para siempre... La combinación del refresco de cereza, bombones y semanas llorando en mi cuarto me habían dejado sin ganas de contemplar el deseo... Y entre tantos colores, tantos dis...

Entre la nada

Pensé que mirar a la vida desde una fría ventana, me evitaría sufrimientos, el estar entre la nada. Pero fue más grande el descubrir lo que la vida tiene para mí que me hizo salir de mi cueva y explorar lo que creía era nada. y hoy, la nada es todo para mí. La nada encierra mis razones, descubre mis instintos, alimenta mis pasiones. La nada es el todo, pero cada día le damos un sentido a las cosas que vivimos, le damos nombre a las cosas que sentimos. Todo comenzó de nada, y se convirtió en algo, y cuando se termina, vuelve a ser nada. Es infinito y amargo el sentido de la nada Es infinito y completo todo aquello que es algo Sabemos que al final somos algo, pero algún día, de ese algo seremos nada