desde que te conocí no hay día que no piense en la sonrisa inocente que te arranco al mirarte
y tu mirada soñadora y de nostalgia,
¡qué bonito es mirarte!
Nadie entiende mi dicha pero yo soy feliz al tenerte
pues vivía a la expectativa, juré que jamás iba a conocerte.
Los príncipes persas suelen ser vanidosos,
los viajeros del tiempo viven de fantasmas,
los actores son unos locos que juran que el destino se detienen a mirarlos...
Pero tú amado niño, eres un dulce ángel con luz en su mirada...
No debería jurar sin saber lo que me depara el destino
pero es que contigo pierdo hasta el miedo al camino
pero si es un sueño esto que vivo
despertemos juntos, quédate conmigo.
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