Aun con las manos atadas,
con el sabor de las uvas y el tabaco que respiré de tus besos,
aun con el último deseo de amanecer juntas,
no he perdido detalle de cada parte de ti.
Esa melena espesa tuya, tan rubia y ondeante,
cuales cristales marinos tus ojos centellantes,
Esa voz tan melódica y delirante,
me hacen creerte aun aquí presente.
Mas ya no puedo hablarte,
y mi castigo es amarte.
Buscar lugar acaso, para olvidar lo que compartimos, quizá tan tarde.
Pero no puedo evitarlo, eras tan bella
con el sabor de las uvas y el tabaco que respiré de tus besos,
aun con el último deseo de amanecer juntas,
no he perdido detalle de cada parte de ti.
Esa melena espesa tuya, tan rubia y ondeante,
cuales cristales marinos tus ojos centellantes,
Esa voz tan melódica y delirante,
me hacen creerte aun aquí presente.
Mas ya no puedo hablarte,
y mi castigo es amarte.
Buscar lugar acaso, para olvidar lo que compartimos, quizá tan tarde.
Pero no puedo evitarlo, eras tan bella
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